Diario de una Portileña por las calles
Buenas noches personillas del submundo. Os voy a contar algo curioso que me suele ocurrir cuando salgo a la calle. Para quienes no lo sepan, vivo en Huelva, mas exactamente en un "pueblecito" costero llamado "el portil". Un sitio pequeño y con poca vida. Tan insignificante que creo que solo sale en los mapas en verano. Durante el invierno, las calles están vacías, silenciosas, escalofriantes, tanto que no me extrañaría encontrarme a un zombie paseando por allí. Pero cuando llega el verano, esto se inunda de gente (muuchos sevillanos) que lo llenan todo de coches, basura en las playas, ruidos y demás. Pero la cuestión es que me tocó criarme aquí, y por lo cual, me puedo considerar una portileña de pura zepa. Pero aquí viene el problema, ya que en este pequeño pueblo, aunque tenemos aceras, preferimos dejarlas para que las usen los gatos, y nosotros damos usos a las carreteras (porque sino, quien lo iba a hacer??). Así que nos pasamos 9 meses del año caminando